Te imaginas un libro conversando con otro libro? No, no hablo de Ciencia Ficción, hablo de historias, hablo de verdaderas charlas a veces solapadas, a veces evidenciadas.
Por ejemplo: ¿Puedes concebir una charla donde el Don Quijote de Cervantes haga oír su voz en las historias de otros autores? Si has leído El sueño de los héroes de Adolfo Bioy Casares, recordarás que el protagonista es un joven de nombre Marcelo Maggi que comienza a tener visiones en las que se percibe a sí mismo como un caballero heroico en un mundo de fantasía. ¿A qué te recuerda? Sí, sin lugar a dudas, la influencia de Don Quijote es clara, ya que este personaje también se enfrenta a la dificultad de distinguir la realidad de la ilusión. Si no has leído esta novela te invito a conocerla y luego me cuentas.
Si continuamos hablando del caballero de la triste figura (Don Quijote) sería un desliz de mi parte no mencionar a Jorge Luis Borges conocido por sus referencias literarias al Quijote. En su libro de poemas Fervor de Buenos Aires, por ejemplo, Borges menciona a Don Quijote de manera explícita, reflexionando sobre la figura del caballero como un hombre cuya obsesión con un ideal le lleva a la locura y a la tragedia. Borges también se siente fascinado por la idea de la literatura como un espacio en el que lo imposible puede convertirse en una realidad, lo que se encuentra muy presente en la figura quijotesca. Evidencia de esto es ese fabuloso cuento Pierre Menard, escritor del Quijote incluido en su libro Ficciones.
Y es que como el mismo Borges decía, la literatura es un libro eterno escrito y re-escrito hasta la eternidad. Un libro es parte de aquellos que lo precedieron y será referente de aquellos que vendrán: eso se llama intertextualidad que en lenguaje vulgar no es ni más ni menos que una conversación entre libros. Y aunque el término se asemeje a un trabalenguas es sencillo de entender. En definitiva, la literatura es un tejido de voces, ideas e historias que se entrelazan a lo largo del tiempo. En este contexto, la intertextualidad emerge como un concepto fundamental, que no solo enriquece la creación literaria, sino que también permite a los lectores establecer conexiones profundas entre diferentes obras y tradiciones. La noción de intertextualidad se basa en la idea de que ningún texto es una entidad aislada. Desde los mitos fundacionales hasta los clásicos de la literatura universal, los escritores han tomado prestadas ideas, estilos, y estructuras de obras anteriores. Esto no solo es un homenaje a la tradición, sino también una forma de reinterpretar y re significar el pasado. La intertextualidad permite a los autores dialogar con sus predecesores y contemporáneos, enriqueciendo su obra a través de un complejo entramado de referencias. Y así será ad eternum.
La intertextualidad puede manifestarse de diversas formas. Una de las más evidentes es la cita directa de Carlos Ruiz Zafón en su libro El Juego del ángel:
«Don Quijote —dijo el profesor— es, sin lugar a dudas, una de las obras más grandes de la literatura. Como lo señaló Borges, ‘todo lector es, al fin y al cabo, un ciego en busca de la visión’. Es decir, que la lectura nos revela lo que antes no podíamos ver, nos transforma».
Otra forma de intertextualidad se da por medio de símbolos y/o alegorías, en ese caso un texto toma prestadas palabras o pasajes de otro. Por ejemplo, en Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, se encuentran ecos de la literatura clásica a través de simbolismos y elementos mitológicos. El personaje de Remedios la Bella, quien asciende al cielo en un acto de total pureza y divinidad, es un eco del mito de las mujeres perfectas que, como Diómedes o Artemisa, tienen una relación directa con lo sobrenatural y lo divino.
La alusión es otra técnica literaria que posibilita otra manera de conversar entre libros. La alusión implica referencias sutiles y no explícitas a otras obras. Esto se puede observar en el Ulises de James Joyce, un ejemplo claro de intertextualidad, con muchas alusiones sutiles a la Odisea de Homero ya que Joyce no cita directamente a Homero; en lugar de eso, utiliza la estructura y los personajes del poema épico de manera implícita. El protagonista, Leopold Bloom, es una versión moderna de Odiseo (Ulises) que atraviesa un día ordinario en Dublín, las situaciones y personajes que encuentra evocan las pruebas y las tentaciones que Odiseo enfrenta en su viaje. Por ejemplo, Bloom, como Odiseo, se enfrenta a la tentación de la sirena, simbolizada en el personaje de la cantante Bella Cohen. En la misma línea, el personaje de Stephen Dedalus se alude como una versión de Telémaco, el hijo de Odiseo.
La parodia, también, es una de las formas más evidentes y divertidas de intertextualidad, en la que un autor imita o reproduce el estilo, los temas o los géneros de otra obra o de otro autor con un fin crítico, humorístico o subversivo. A través de la parodia, el escritor puede hacer comentarios sobre la obra original, sus convenciones, sus temas o incluso sobre la cultura o la sociedad en general. Aunque parezca mentira voy a citar una autora que difícilmente se la vincule con el sentido del humor: Jane Austen. Y es que la autora inglesa tenía sentido del humory la ironía era su fuerte. En La abadía de Northanger, por ejemplo, realiza una parodia de las novelas góticas populares en su época, especialmente las de autores como Ann Radcliffe, cuyo estilo dramático y sombrío sobreabundaba en torno al misterio y lo sobrenatural. Austen utiliza la parodia no solo para ridiculizar el exceso de sensaciones y miedos en estos relatos, sino para ofrecer una crítica de la ingenuidad y las expectativas de las lectoras de esos libros. Lo que Austen está haciendo (o más bien lo que hizo) fue una forma de crítica con altura: la parodia no es ni más ni menos que eso: criticar con humor.
Quizás la novela más representativa de esta técnica sea Rebelión en la granja de George Orwell, evidente caricatura de la obra El capital de Karl Marx y de las revoluciones sociales. Orwell utiliza una granja de animales como una alegoría de la Revolución Rusa y sus consecuencias, parodiando tanto la ideología comunista como los sistemas de poder autoritarios. En la novela, Orwell parodia las ideas de Marx sobre la lucha de clases y la dictadura del proletariado al mostrar cómo los líderes de la revolución, representados por los cerdos, terminan siendo tan corruptos y opresivos como los humanos que derrocaron.
«Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros.»
Es sin duda la frase más conocida de esta novela y es sinónimo de la intencionalidad primigenia del autor: una caricatura mordaz de la ideología comunista y de la forma en que los líderes revolucionarios pueden corromperse y traicionar los ideales por los que lucharon. Originalmente, en la granja, el lema «Todos los animales son iguales» se adopta para expresar la igualdad entre los animales y su lucha contra la opresión humana. Sin embargo, a medida que los cerdos, que asumen el poder, se convierten en tiranos, esta frase se corrompe para reflejar su hipocresía, revelando cómo los líderes de la revolución (comunistas/marxistas) terminan adoptando los mismos comportamientos autoritarios y explotadores que intentaron destruir (zaristas).
Conceptualmente hablando, la intertextualidad pone en cuestión la idea de autoría única, sugiriendo que todo texto es una mezcla o reconstrucción de otros textos previos. Es una manera de entender que la literatura está en constante diálogo, y los significados surgen no solo del contenido aislado de un texto, sino de las referencias que hace a otros.
Pero también es una técnica con la cual los autores manipulan o reinterpretan otros textos para darles nuevos significados y es un recurso porque los autores recurren a la intertextualidad para enriquecer el significado de sus obras, con comentarios sobre otros textos o para resemantizar contenidos de viejas historias. Y como lectores, es fabuloso saber que leyendo novelas podemos dirigirnos a otro libro y otro… a fin de hacer posible que los libros sigan conversando.
Y si has pasado del dicho al hecho y además de conversar con los libros los escribes, no dejes de utilizar este recurso que puede llevarte a una dimensión que aún no conoces.
Profesora de escritura creativa y coordinadora de talleres literarios, editora y correctora literaria, reseñadora y crítica literaria.
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Libros en el artículo
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- Jorge Luis Borges
- Carlos Ruiz Zafón
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