El mundo camina patas arriba. Los pocos tienen mucho los muchos tienen poco. Hay algo irracional en la simple idea de aceptar que una gran parte de la sociedad que vive oprimida no pueda liberarse y dejar de serlo.
Si apelamos a la racionalidad, es imposible pensar que un ejército de miles de almas pueda perder la guerra frente a una decena de huestes. Sin embargo es así. Es no solo irracional sino cuando menos desesperante pensar que diez personas viven en la opulencia mientras un millón sobreviven en medio de la indigencia. Sin embargo es así. Filosofar sobre la riqueza y la pobreza no es la idea sin embargo, la pobreza existe y nos conmociona. Nos aplasta la realidad de millones de seres distribuidos a lo largo del planeta que pasan hambre, frío, carencias materiales de todo tipo por causa justamente de la mala distribución de las riquezas. Qué distinto sería ese mundo soñado por John Lennon cuando en su maravillosa canción “Imagine” afirma:
Imagina que no existen propiedades
Me pregunto si puedes hacerlo
No hay necesidad de codicia o hambre
Una hermandad de la humanidad
Imagina toda la gente
Compartiendo todo el mundo.
Y es que el mundo es la casa de todos, es el lugar donde no deberían existir diferencias de ningún tipo, ni raciales, ni religiosas ni materiales. El mundo es nuestra casa un lugar donde todos pueden ser felices sin caerse del mapa, sin quedar fuera de los límites de un pueblo, de una ciudad. Y cuando digo todos hablo ni más ni menos que de todos. Un lugar donde el paraíso no existe simplemente porque no existe el infierno.
Imagina que no existe el paraíso
Es fácil si lo intentas
Ningún infierno bajo nosotros
Por encima de nosotros solo el cielo
Imagina toda la gente
Viviendo el hoy
Y si nos metemos en el meollo de la idea las preguntas nos asaltan aunque no las convoquemos conscientemente ¿Por qué no es así? ¿Por qué no vivir un mundo ideal donde todos seamos felices con lo necesario? ¿Para qué más de lo que nunca podré disfrutar? ¿Acopiar riquezas para qué? En realidad todo converge en una sola idea, riqueza no es la forma de vivir porque no es justo ni necesario ni racional si para ello debe existir la pobreza.
No hay necesidad de codicia o hambre
Una hermandad de la humanidad
Imagina toda la gente
Compartiendo todo el mundo…
Y quizás yo también como John podría decir al final de esta reflexión que «soy un soñador, Pero no soy el único». Al menos déjame el beneficio de la duda de pensar que somos muchos los que pensamos igual y déjame entonces creer que en algún momento «Por encima de nosotros solo el cielo» y por fin las cosas se habrán acomodado en su justa medida para que la palabra pobreza vaya desapareciendo de nuestro vocabulario y sea reemplazada por la maravillosa palabra riqueza. Déjame aspirar a que la riqueza no sea la abundancia de bienes materiales malamente acumulados, que no sea una posesión individual de activos financieros o de bienes inmuebles o de exceso de alimentos para unos pocos. Déjame ser una soñadora más y que pueda ver concretado ese sueño de ver brillar la palabra riqueza. Riqueza de espíritu, riqueza de valores, riqueza de conciencia. Que la riqueza sea abundancia de cualidades o atributos excelentes. Que la riqueza bien entendida nos distinga como humanidad. Que la pobreza desaparezca del diccionario.
Mientras eso sucede, porque algún día sucederá, los invito a dar un paseo por el mundo de las letras, que nunca ajeno a los sentimientos de la humanidad, ha sabido plasmar por intermedio de plumas excelsas, el verdadero dolor de esa pobreza que debemos erradicar.
Literatura y pobreza han mantenido siempre una relación fecunda en la palabra escrita. Poetas y narradores han sabido afilar el lápiz para, por medio de sus cualidades expresivas, encarnar el sentimiento universal que reacciona frente a las circunstancias adversas de niños, adultos y ancianos empujados al límite de lo insostenible desde el punto de vista humano.
Hambre del noruego y Premio Novel Knut Hamsun, narra las andanzas de un hombre hambriento en una sociedad que lo ignora. Uno se pregunta cuánta gente habrá, en la actualidad, en la misma situación que él.
De ratones y hombres, la novela de John Steinbeck, nos acerca la historia de Lennie y George, dos braceros al borde de la indigencia, es una denuncia implacable de las condiciones de vida en el campo californiano, pero es también un conmovedor canto a la amistad.
Las cenizas de Ángela del irlandés Frank McCourt, nos cachetea cruelmente y nos obliga a ponernos en la piel de ese niño, de su madre y sufrir con ellos. Pero también nos invita a seguir soñando, salir de la opresión y crecer contra toda esperanza contraria es posible.
En ruta es una historia autobiográfica firmada por Jack London donde nos cuenta su recorrido en tren por los Estados Unidos. Un hombre reducido a la mendicidad, que recurre a toda clase de ardides para obtener la comida del día. London explicita las razones de su ideología política, el socialismo, y de algunas otras de sus ideas sobre la condición humana que lo convirtieron en un autor tan apreciado por algunas de las figuras políticas y revolucionarias más destacadas del siglo pasado, como el Che.
El Premio Nobel literario de 1998 también debiera haber recibido el Premio a la sensibilidad y la emotividad social puesta de manifiesto en muchas de sus novelas. Estoy hablando de José Saramago que en Levantado del suelo narra la historia de una familia del Portugal rural de principios del siglo XX donde asistimos a un cuadro de ignorancia, pobreza y sumisión, descrito con amargura punzante. Un libro, una simple novela, gente, conflictos, algunos amores, muchos sacrificios y hambrunas, las victorias y los desastres, el aprendizaje de la transformación, muertes. Un libro que nos aproxima a la crueldad de la vida que tenemos que mirar atentamente para que las cosas no vuelvan a repetirse.
No todos los autores se quedan con el sufrimiento, la miseria y sus consecuencias como algo inevitable. Emilio Bueso en Cenital nos pone de pie para hacer algo al respecto. Esta novela es la historia de un colectivo antisistema que convencido de que la actual crisis económica es resultado del agotamiento del petróleo, se reúne en torno a un líder profético para enfrentarse al colapso de la sociedad y así sobrevivir. Como profecía de un mundo que quizás estemos destinados a presenciar, esta eco-aldea fortificada se parapeta contra un mundo en el que las mascotas devienen comida y el progreso es sólo el antepasado de la destrucción, la ruina y la barbarie.
Vaya esta pequeña lista de libros como ejemplo de la bibliografía que podemos abordar sobre el tema, vaya esta pequeña lista de libros donde la precariedad nos avasalla y nos impele a desterrar, a abolir la pobreza y seguir siendo soñadores aspirando a esa maravillosa riqueza de la humanidad, desterrando la palabra utopía que nunca existió, así nuestros poetas y narradores ya no necesitarán escribir sobre tanta miseria.
Vaya esta lista para proponerte un sueño: Imagine.
Profesora de escritura creativa y coordinadora de talleres literarios, editora y correctora literaria, reseñadora y crítica literaria.
Comparte la experiencia 😉
Libros en el artículo
- Levantado del suelo – Jose Saramago
- Hambre – Knut Hamsun
- En ruta – Escritos políticos – Jack London
- De ratones y hombres – John Steinbeck
- Cenital – Emilio Bueso
- Las cenizas de Ángela – Frank McCourt
Todos en Nuestra Librería Literaria