Prometo algún día ponerme manos a la obra para develar que apareció primero si el huevo o la gallina. Por ahora llamaremos huevo a una película y gallina al libro.
Lo cierto es que siempre hay una película para un buen libro aunque el producto final difiera del original. Nadie duda de que El amor en los tiempos del cólera, esa bellísima historia romántica escrita por Gabriel García Márquez nació antes de que la película, bella también. Todos sabemos que la trilogía de El señor de los anillos fue escrita por J.R.R. Tolkien y que mucho después volvimos a disfrutar de la historia en la pantalla grande. Hasta acá tenemos claro que primero vino la gallina (libro) y luego el huevo (película).
Sin embargo la incógnita de qué fue primero (si el libro o la película) no siempre sigue las mismas reglas. No siempre una película está basada en un libro sino que a veces un libro está basado en una película. Y no se trata de un trabalenguas sino de establecer qué fue primero si el huevo o la gallina, perdón si la película o el libro.
Por más que por regla general un buen libro es el puntapié inicial para que un director intente una buena película, el caso es que las películas más taquilleras también son el puntapié inicial para un éxito de ventas escrito.
Algunos libros se escribieron mientras se realizaba la grabación y otros tardaron un año o bastante más tiempo en publicarse. Lo cierto es que aunque no lo creas, la novelización de películas existe desde los inicios del cine, pero se volvió mucho más frecuente a partir de la década de los ‘70, antes de la aparición del videocasete, cuando eran la única forma realmente a mano de regresar a un filme. Y es que el mundo del libro no tardó en darse cuenta que detrás de toda gran película puede haber un gran libro de manera que las editoriales, ni lerdas ni perezosas, no desaprovecharon el filón y tras un éxito de taquilla, no tarda en parapetarse tras las marquesinas de las librarías su homónimo en papel.
Las eternas disputas entre película y libro que argumentan que la experiencia del espectador es superior a la del lector o viceversa, se retroalimentan con esta nueva tendencia de primero la película y después el libro. Nunca se arribará a un acuerdo entre ambas partes y creo que tampoco es necesario ya que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, que en buen español sería como decir una cosa es la película y otra cosa es el libro. No hay mejores ni peores.
Dejando aparte las transcripciones de guiones cinematográficos que son bastante tediosas para leer, va una lista de libros que se han originado tras el estreno de películas o series.
Dentro del laberinto fue llevada a la pantalla en el lejano 1986 por Jim Henson con Jennifer Connelly como protagonista y un recién estrenado y joven David Bowie en el papel del rey de los duendes. La versión de la historia homónima en formato libro se publicó en el año 2010 y fue escrita por A.C.H. Smith. En la película, la interpretación de Jennifer como una adolescente solitaria y muy imaginativa fue espectacular y David Bowie escribió e interpretó algunas de las canciones que se incluyen en la película.
Quien no recuerda la excelente actuación de Russell Crowe en la no menos excelente puesta en escena de Ridley Scott, me refiero a Gladiador, una película épica, éxito de taquilla del año 2000. Inspirado en un libro sobre los gladiadores del escritor estadounidense Daniel P. Mannix, el primer guion de Gladiador fue escrito por David Franzoni. Y no será sino hasta el año 2006 cuando la historia fue puesta en palabras impresas bajo el libro homónimo escrito por Gordon Russell, seudónimo utilizado por Dario Battaglia, historiador y arqueólogo italiano, y Vanna de Angelis, escritora y licenciada en historia, para sus novelas históricas ambientadas en la Antigua Roma.
Para los amantes del cine es casi una obligación leer Alien: el octavo pasajero, o simplemente Alien, un libro escrito por el autor de ciencia ficción Alan Dean Foster basado en la película del mismo nombre dirigida por el cineasta británico Ridley Scott.
Ambas versiones fueron estrenadas en 1979. Foster escribió el libro en paralelo a la filmación de la película e incluso debió completar su novelización sin tener una clara idea de qué aspecto tendría el monstruo en la película.
En el año 1977 Rosalyn Drexler bajo el seudónimo de Julia Sorel escribe la versión novelada de la película Rocky, luego de ser guionada y protagonizada por Silvester Stallone que fue estrenada en el año 1976.
Quentin Tarantino declaró que las novelas basadas en películas son su lectura favorita. No resulta sorprendente, entonces, que su primera incursión en la literatura sea la novelización de su último trabajo en el cine como una doble propuesta de su tributo al rubro. Me refiero a Érase una vez en Hollywood, un caso que parece único ya que sería la primera vez que un director encara verdaderamente la transformación de su propia película en una novela. El texto no es solo la transposición del guion en formato de prosa sino una auténtica novela que complementa y expande la película.
Cine y literatura se han dado la mano tantas veces, antes o después que a esta altura ya poco importa qué fue primero, ambas propuestas son válidas sin la estridencia de la supremacía de un arte sobre el otro y ambas son un buen pretexto para ir al cine y luego pasar por la librería o viceversa. El libro y la película, la película y el libro, el orden de los factores no altera el producto.
Profesora de escritura creativa y coordinadora de talleres literarios, editora y correctora literaria, reseñadora y crítica literaria.
Libros en el artículo
- Alien, el octavo pasajero – Alan Dean Foster
- Dentro del laberinto – A. C. H. Smith
- Érase una vez en Hollywood – Quentin Tarantino
- Gladiador – Gordon Russell