La escritura es un oficio que se puede aprender. Si quieres escribir, puedes, pero primero debes conocer las técnicas de un oficio tan antiguo como el hombre: el de contador de historias.
Porque una historia puede adoptar muchas formas: la de un cuento o una novela, sí, pero también la de una conferencia, un anuncio publicitario o una biografía.
La escritura no impone límites, no cierra fronteras sino más bien las comunica, las amalgama. Un ensayo y un cuento pueden llevarse muy bien juntos y hasta un anuncio publicitario puede convertirse en una historia. Solo hace falta descubrir y más tarde pulir tu estilo, tu propia voz. Eso lleva tiempo y esfuerzo, es verdad pero vale la pena: Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia, dijo Horacio Quiroga en su decálogo del buen cuentista y cuando hablaba de personalidad se refería nada más ni nada menos que al estilo.
No existe una receta para el éxito: Escribir es un oficio que se aprende escribiendo, dijo en una oportunidad Simon de Beauvoir y según su premisa, los autores deben enfrentarse al exigente oficio que la escritura requiere sabiendo que nunca se llega siempre (al escribir) se está yendo hacia…
Técnica, sintaxis y herramientas de escritura es todo lo que un escritor necesita. Puede parecer un mundo extraño cuando ingresas a la idea de armar un texto con coherencia y cohesión. Aunque suene incomprensible a priori todo lo que hay que incorporar para llegar a un texto potable, no lo es tanto si te dejas llevar por la corriente de ese maravilloso río que se llama literatura. Y como para nadar a favor de la corriente de un río hace falta aprender a nadar, para navegar en el río de la escritura también es necesario aprender y sobre todo poner en práctica lo aprendido.
Además de tu compromiso para lograrlo, además de tu pasión, de tu entrega y de tu paciencia hace falta una compañía que te asista en el paso a paso y sobre todo que te ayude a descubrir tu propio estilo, tu voz. Una compañía que te sostenga en los ratos de desaliento, una compañía que sea capaz de decirte lo bien que lo has hecho. Aprender a escribir no es solo una linda frase, es una forma de ver el mundo, de comprenderlo y de recorrerlo…
Profesora de escritura creativa y coordinadora de talleres literarios, editora y correctora literaria, reseñadora y crítica literaria.