Reseña
El destino es implacable y la eternidad carece de tiempo de manera que todo lo que deba suceder sucederá tarde o temprano. Y cuando eso suceda ya no importará un nombre ni dos ni tres, sólo el destino cumpliéndose.
Lola Nieva que estudió administración de empresas y fue funcionaria en una dependencia gubernamental en España, finalmente sucumbe al destino obnubilada por un arte que, según ella misma confiesa, la conmovió desde pequeña: la literatura y el oficio de escribir. Esta joven escritora nos deslumbra con su prosa sencilla e impecable en ésta, su novela inaugural que deja bien clara una personalidad literaria rotunda y define su futuro en las letras. Se declara admiradora de Ken Follet a quien considera su maestro literario. Si bien su camino acaba de comenzar se vislumbra largo como el de su maestro. Salvando las distancias de épocas y géneros, dejando de lado la experiencia basada en una larga trayectoria de uno y la recién estrenada carrera de la otra, bucear en el pasado parece ser el punto de contacto entre ambos, lo cual siempre promete escenarios renovados constantemente para el lector. La autora utiliza una voz narrativa en primera persona de manera que conocemos la historia de boca de la protagonista. No es sencillo manejar este punto de vista ya que la subjetividad absorbe y limita. Más de una vez mis queridos talleristas me habrán leído sugerirles que intenten con la tercera persona, más amplia y menos vulnerable. Por supuesto que la primera persona no está prohibida ni mucho menos pero hay que acceder a ese clic que se produce en el momento de escribir, donde una subjetividad tal se maneje a favor de la historia y no en contra. La autora ha logrado el clic porque consigue que en todo momento seamos capaces de entender a la perfección los sentimientos y emociones de la protagonista sin melodramas ni exaltaciones fuera de lugar. El estilo es ágil y ameno pero a la vez envolvente, cuida los detalles al máximo, hace una sobria pero exacta descripción de los escenarios y permite a sus personajes actuar a través de la mirada de su protagonista lo cual no es fácil de lograr y sin embargo, Lola Nieva sale indemne. La historia se estructura en dos planos temporales claramente definidos: el presente y un pasado muy lejano al que la protagonista accede impelida por la necesidad de cerrar un círculo de vida que solo la eternidad se encargará de acomodar. Las vidas pasadas suelen ser un enigma irresuelto y es un misterio al que la autora no ha podido resistirse y que maneja con total seriedad y fino tacto. La historia comienza con Victoria Montalbán, restauradora de antigüedades que vive en Toledo. Un día Victoria encuentra en su buzón de cartas un curioso anillo de la época vikinga. Esa misma noche empieza a sufrir sueños apocalípticos que parecen avisarla de una muerte violenta. Con cada pesadilla siente que su personalidad se transforma y ella misma se descubre haciendo cosas que nunca hizo, no se reconoce. Asustada por ese cambio y perseguida por sueños recurrentes, decide acudir a un psiquiatra, que le aconseja someterse a una hipnosis regresiva en busca de un posible trauma. Pero no es un trauma lo que emerge de la hipnosis, sino una vida anterior…. Ese simple quiebre en la vida de Victoria nos permite retrotraernos al Toledo andalusí en el año 843 d.C.
¿Los tres nombres del lobo es una novela sensual? Sí lo es, pero la sensualidad no alcanza niveles extremos, no abarrota ni empalaga, de manera tal, señores lectores que no se confundan, esta historia no se roza con Las cincuenta sombras de Grey ni con tantas que pululan actualmente de una sensualidad rayana en la pornografía.
Lola Nieva sabe cómo salir indemne de las escenas de alto voltaje, no siempre sencillas de sobrellevar, aunque cae de vez en cuando en expresiones usadas como: “derramó su semilla dentro mío”, “sentí su dureza sobre mi vientre”, etc. Sin embargo, con sencilla naturalidad y sabia dosificación, la sensualidad se pasea de la mano con la crueldad y el arrojo, con el valor y el miedo en un mundo donde nada es cierto salvo el amor. Una historia que logra atraparnos página tras página gracias a una acción incesante y a ese algo que siempre está sucediendo o por suceder. La incertidumbre que nos espera en la siguiente página nos incita a cabalgar junto a Leonora, Shahlaa y Freya. Los tres nombres de un lobo cuya vida muchos querrán haber vivido.
Profesora de escritura creativa y coordinadora de talleres literarios, editora y correctora literaria, reseñadora y crítica literaria.
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Libros en el artículo
Los tres nombres del lobo – Lola Nieva