Los amantes de los libros palpitamos el Nobel de literatura con el corazón en la mano y el alma puesta en nuestros autores favoritos. Este año no fue la excepción y después de que en 2016 se alzara con la estatuilla Bob Dylan, nos aprestamos a esperar lo que sea. Entre los favoritos de este año estaban: El escritor Salman Rushdie que sobrevivió tras ser apuñalado en un evento literario en Nueva York y que sin duda a raíz de eso se ganó fans en todo el mundo. También estaban la canadiense Anne Carson, el estadounidense Stephen King, el noruego Jon Fosse, la canadiense Margaret Atwood, la china Can Xue, el francés Pierre Michon y el keniano Ngũgĩ wa Thiong’o, el japonés Haruki Murakami a quien podríamos nombrar vitalicio en esto de esperar el máximo galardón. La lista es mucho más extensa y la poblaban nada más ni nada menos que 220 candidatos. Cada lector habrá tomado partido por alguno de ellos, este año como los anteriores la ansiedad nos carcomió hasta que el jueves 6 de Octubre se develó el misterio.
La ganadora es: la francesa Annie Ernaux “…por el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal”, según informó el secretario permanente del Comité Nobel de Literatura, Mats Malm.
Uno de los textos en los que la academia hizo hincapié fue L’occupation (2002) (La ocupación), donde Ernaux “disecciona” la mitología social del amor romántico.
“Sobre la base de notas en un diario que registra su abandono por un amante, confiesa y ataca una imagen de sí misma construida sobre estereotipos. La escritura se convierte en un arma afilada que disecciona la verdad”, señaló el Comité de la Academia sueca.
Entre sus obras también figuran Los armarios vacíos (1974), El acontecimiento (2000) y Los años (2008).
En declaraciones a la televisión sueca, la escritora dijo que recibir el premio era «un gran honor«, pero también una gran «responsabilidad». (…) «Me quedé muy sorprendida», reconoció.
Nacida en 1940 en Normandía, Ernaux hizo su debut literario en 1974 con Los armarios vacíos, su cuarto título El lugar fue el que la catapultó definitivamente a ocupar un lugar de preeminencia en el mundo literario. Antes de recibir el Nobel se fogueó en la recepción de otros premios como el Premio de la Lengua Francesa en 2008, fue galardonada con el Premio Formentor 2019 por una obra que según el jurado hace «un implacable ejercicio de veracidad que penetra los más íntimos recovecos de la conciencia».
Nadie duda de que el Premio Nobel sea político. Los argentinos repetimos como un mantra que se lo negaron a Borges por la infausta visita a Pinochet en 1976. De la misma manera, podríamos decir que otros autores, como Boris Pasternak y Orhan Pamuk, lo recibieron por su compromiso con el contexto mundial y sobre todo con los países a los cuales representaban. En el caso de Pasternak intervino la CIA ya que para que un candidato pueda recibir el premio es necesario que haya sido publicado en su país, y, en plena Guerra Fría, los norteamericanos hicieron una incursión en la Unión Soviética para lograr que Doctor Zhivago tuviera una pequeña tirada en suelo ruso. A Pamuk, el Nobel le llegó dos años después de que Turquía lo condenara por hablar del genocidio armenio, evidentemente la Academia prefiere no tomar partido por quienes debería hacerlo. El premio a Ernaux le llega en medio de la rebelión de las mujeres iraníes. A mediados de septiembre del 2022, el asesinato en manos de la policía de Mahsa Amini, un mujer kurda que había sido detenida por llevar mal colocado el velo, provocó una reacción en Irán y en el resto del mundo. El apoyo a la evidente oleada feminista mundial, en auge durante los últimos años, parece haber sido el mensaje de la Academia. Sin embargo Salman Rushdie podría haberlo recibido como una muestra de apoyo a su situación personal luego del atentado que casi le cuesta la vida, sin embargo quizás era ir demasiado lejos mostrando de esa forma un implícito apoyo de Occidente versus Medio Oriente. La Academia sueca no se caracteriza por su osadía, si no por ser precavida, algunos dirían pusilánime.
No le faltan méritos sin embargo a la escritora francesa para alzarse con el galardón. Catedrática y profesora de letras modernas, ha sido profeta en su tierra y admirada por sus compatriotas, como narradora que se expresa en primera persona y por sus reflexiones autobiográficas por autores como Emmanuel Carrère (escritor, guionista y realizador francés), Virginie Despentes (escritora y directora de cine francesa), Édouard Louis (escritor) o Didier Eribon (filósofo e historiador).
Felicitaciones señora Annie Ernaux. Los que tenemos nuestro corazoncito puestos en otros escritores del mundo entero esperaremos con la ansiedad a flor de piel, seguramente el año que viene alguno de nosotros festeje con bombos y platillos.
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