Leer un Libro (¿Digital?)

La discusión del libro impreso versus el libro digital parece de nunca acabar. Esto se debe a que cada persona tiene su propia relación con ambos soportes y, por lo tanto, un vínculo emocional diferente con cada uno. Pero, ¿qué es mejor o peor?

Hace años, con la aparición del libro electrónico, hubo muchas teorías y casi todas aseguraban, o mejor dicho mal auguraban la desaparición del libro de papel. Pero a diferencia de otros sectores culturales, como la música o el cine, el del libro se resiste a la digitalización.

En la antigüedad la transmisión de conocimientos y/o novedades era oral, la aparición del texto impreso también supuso una amenaza para la oralidad. Y aunque las relaciones entre esta y la escritura nunca han sido sencillas, sino más bien complejas, de ningún modo fueron excluyentes. En el siglo XVI, la expansión de la imprenta no eliminó la transmisión oral del conocimiento, al contrario, interactuó con ella e incluso la impulsó.
El texto impreso se alimentó con frecuencia de la oralidad, a su vez, sus lectores utilizaron esos impresos para refrescar la memoria de los romances que conocían o para aprender otros que, una vez memorizados, podían recitar o cantar, y así, los textos escritos se transmitieron muchas veces oralmente.

La verdad es que, aunque se vea un crecimiento constante de ediciones digitales, la edición en papel no muestra señales de desaparecer, y de que esto tampoco vaya a suceder en un futuro, ni próximo ni lejano.
Es cierto, que tener un libro electrónico cargado con decenas de libros nos facilita mucho la vida, pero esto no quita de que podamos y queramos tener ciertos libros más importantes o que nos gusten especialmente, en formato papel. He vivido y he visto a muchos fieles y leales al papel que se negaban rotundamente en hacerse con un libro electrónico, cambiar inmediatamente de parecer, sin ni siquiera un pequeño quejido, al tener su primer contacto con un lector electrónico (eReader). Al igual que sé, que hay lectores tan tecnológicos y prácticos, que desde que se compraron o les regalaron su primer lector electrónico, ni se les pasa por la cabeza la idea de volver a comprar un libro en papel.

Pero veamos de cerca los pros y contras de estos dos formatos.
Entre las principales ventajas de los lectores digitales se encuentran las siguientes: Puedes tener miles de libros-e (ebook’s) archivados en tu lector. Son más portables. Más cómodos para leer libros largos. Permite adecuar el tamaño de la letra. Tienen luz incorporada, es decir puedes leer en cualquier situación, también en la oscuridad. Los libros electrónicos son más fáciles de conseguir. No solo puedes leer libros, una gran ventaja es que puedes leer documentos de toda clase (académicos, laborales, manuscritos literarios, etc.).
No hace falta cortar árboles. En 2003, J. K. Rowling se puso al frente de una campaña para cuidar los bosques del planeta, cuando se enteró de que los libros de Harry Potter publicados hasta entonces habían exigido derribar 6,5 millones de árboles. Desde entonces, todas las ediciones de la saga se editaron con papel reciclado.

Es cierto que la producción de libros exige derribar árboles, pero estos son un recurso renovable «siempre que las plantaciones sean bien gestionadas», según afirma un documento de Greenpeace. Por lo demás, los libros de papel que terminan en la basura se biodegradan o se reciclan con mucha mayor facilidad y rapidez que los plásticos y sustancias químicas de los aparatos electrónicos. No generan basura tecnológica.
Entre las ventajas que tiene el formato papel es que nunca fallan. Un libro de papel nunca se quedará sin batería, ni se apagará o dejará de funcionar por motivos desconocidos, ni requerirá de la asistencia de un servicio técnico, ni será imposible de volver a ser leído por incompatibilidades de formatos o por la obsolescencia de los sistemas operativos.
Para muchos amantes de la lectura pocos lugares son tan agradables como estar frente a una biblioteca, sea pública o privada, recorrerla, perderse en ella, tomar un libro y hojearlo, es una experiencia mucho más rica que recorrer un catálogo de archivos digitales y descargar uno en la aplicación o lector electrónico, pero igualmente se vuelcan al libro electrónico por el elevado precio de los ejemplares en papel y además porque estos no ocupan espacio.

Viendo todo esto está claro que el formato digital no eliminará al formato en papel, sino que ambos convivirán, interactuarán y se impulsarán uno al otro.



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